Estimados Amigos,
Al terminar mi trabajo en
el centro y mirar atrás, puedo ver no sólo años de abundantes experiencias y
aprendizajes, sino también de grandes satisfacciones. Una de las mayores
alegrías es reconocer cuán importante ha sido el impulso que ustedes han dado a
las vidas de cientos de niños a través de lo que comenzó como el Centro de
Conocimiento Compartido, luego fue la Biblioteca Amazónica CONAPAC, y
finalmente el Centro de Sostenibilidad y Educación. Gracias a la generosa ayuda
de cada uno de ustedes, nuestra pequeña biblioteca pudo ofrecer sus libros y
sus programas educativos a la juventud de la selva amazónica durante 23 años. Ello
me llena de un profundo agradecimiento hacia todos ustedes, pues sin esa contribución
el centro nunca hubiera podido adquirir su forma plena y convertirse en fuente de
riqueza educativa para pueblos encargados de proteger la riqueza natural de la
selva amazónica.
Muchas gracias a Nancy
Dunn, por haber creído que una biblioteca sería una contribución importante
para las comunidades amazónicas, por haber plantado la semilla original y nutrirla
durante 14 años con su entusiasta trabajo personal. A Isabel Leader & Linda Lownds, con
cuya ayuda la planta creció. A Dave & Dottie Bonnett, por su
constante aliento, consejos e importantes subvenciones. A Patricia Sullivan
y al directorio del International Fund for Economic Development, IFED,
por su compromiso personal con las personas de la Amazonía y su disposición
generosa para ayudarlas a través de iniciativas como el taller de costura, el
sistema de energía solar o el proyecto de difusión del ajedrez en las escuelas
locales. A Nancy Kopff, Pachita, por su cariñosa simpatía y su constante
apoyo. A Karen Johnson, por su amistad e interés en el desarrollo del
centro. A Mary Knauer, por apoyarnos fielmente durante muchos años. A Nancy
Cowal y Claire Lannoye-Hall, por permitir que la ayuda llegara hasta
la selva. A Herb Thompson, por sus constantes muestras de amistad y su
ayuda. A Tommy Payne y todo el maravilloso equipo de jóvenes
californianos de Reach 4 Books, gracias a cuyo trabajo de recolección de
libros, cientos de jóvenes de la Amazonía tienen acceso a magníficos textos de
lectura. A Luis Málaga y al Rotary
Club de San Borja, en Lima, gracias a los cuales cinco jóvenes de la
Amazonía volaron hasta los EE. UU., Canadá, Francia y Brasil, para adquirir nuevas
lenguas, culturas y oportunidades, como estudiantes de intercambio. A Carlos
Acosta y Heliconia Lodge, que ofrecieron muchas veces su ayuda a
nuestros estudiantes y permitieron que nuevos amigos llegaran hasta nosotros. A
Uwe Shawn, Nathan Jones, Carter Woolf y todos los líderes y voluntarios
de Youthlinc, de Utah, cuyos talleres y visitas anuales se
convirtieron en una parte muy esperada de nuestro programa durante los últimos
años. A Christha Dillabaugh y los maestros norteamericanos de Amazon
Workshops, que cada año nos visitaban para compartir con nosotros su arte
pedagógico. A Sandra Achenbach, Kelly Riddle, Molly Lynch y Martine Geeraert & Ethan
Braeckvelt, por su destacado trabajo como voluntarios, gracias a quienes
aprendimos experimentando con las ciencias. A Jane Claud, nuestra Tía
Juanita, por su colecta anual de libros y recursos para el centro, y por regalarnos
en cada visita sus divertidos talleres de manualidades durante los últimos seis
años. A Beth Moeller y sus estudiantes de la Thurston Middle
School, de Michigan; por la mayor contribución de instrumentos musicales
para el programa de música. A las estudiantes de la Academy of the Sacred
Heart, de Michigan, por sus visitas, sus donaciones y su amistad. A Marie
Trone, amiga querida, siempre dispuesta ayudarnos de muchas maneras. A Mark
Wangberg, por su amistad y colaboración desarrollando inolvidables talleres
de arte para nuestros estudiantes, magníficamente organizados. A Al
Stenstrup, de Our First Garden, y a Xavier Bronlet, de la Fundación
Parway, por su gran interés en la protección de la selva, por creer en el
talento de los jóvenes peruanos y por ayudarlos a convertirse en profesionales
otorgándoles becas. A la Dra. Linnea Smith, por su constante apoyo,
consejos y amistad. A Megan Thomas, por permitir que trabajara con ella
y ser inspirado al verla poner todo su interés y dedicación al servicio de los
niños de la Amazonía, en los años que tuvo a su cargo el centro, y aún después.
A Cynthia Smith, Brian Landever y todo el equipo de CONAPAC,
quienes confiaron en que el centro podría significar un aporte educativo de
calidad para las comunidades rurales amazónicas; sin cuya buena disposición no
hubiéramos podido continuar. A Pamela Bucur y a Explorama, especialmente
al staff del Explorama Lodge, incluyendo a Rex, por su gran
compañía, por habernos dado un hogar en la selva y por cada uno de los
innumerable pequeños y grandes favores que facilitaron nuestro trabajo en todos
estos años. A Nancy Rossi, por todo su intenso trabajo e interés en la
administración del último período del centro; pero sobre todo por su abierta
amistad e interés en las personas; y a Ron Rossi, de EKOAMAZON, por
su confianza en el staff del centro, alentándonos siempre a trabajar de la
manera que consideráramos más apropiada, y por liderar su administración llevándolo
a su punto más alto.
Enormes gracias a todos
ustedes. Gracias por haber sido la sólida red, no siempre visible, que permitió
que la biblioteca de la selva funcione. Gracias por todas las buenas
experiencias y los aprendizajes que trajeron a nuestras vidas, y por todas las
sonrisas que ustedes produjeron en nuestros niños, pero que no pudieron ver personalmente.
Como la persona que fue testigo de aquellas sonrisas, de ese crecimiento, esas
satisfacciones y todas esas experiencias positivas, me siento afortunado por
haber tenido el privilegio de participar en este proyecto, y de trabajar con el
constante aliento, confianza y apoyo de todos ustedes.
Aunque el fin de este año
signifique también el fin del centro tal como lo conocíamos, tenemos mucha
confianza en que las nuevas formas que asumirá en el futuro, orientándose a un
público distinto y más amplio, y a cargo de nuevas personas entusiastas, continuarán
el trabajo que con el que todos nosotros estuvimos comprometidos. Me agrada
pensar en este cambio no como en el final de una oruga, sino como el primer
vuelo de una mariposa que despliega sus nuevas alas y se lanza a explorar. Si
fuera necesario, podrán encontrar más información sobre este proceso en https://ekoamazon.org/centers
Con agradecimiento y aprecio,
Fernando Saavedra.